Es increíble como pasa el tiempo, tuve la oportunidad de ir a una escuela pública
en la colonia Nueva Capital, de Tegucigalpa, y estando allí, recordé como fue
mi infancia, yo también fui a una de estas escuelas públicas, ver a los niños
jugando y riendo todo el tiempo me hizo entender que si somos como ellos
ciertamente llegaremos al cielo.
Predicamos junto con el Pastor Dale, Caroline y Taylor unos Canadienses que sirve en el programa Schools of Hope, fue
un grato placer del cual gané más que una experiencia.
Hablamos de los frutos del Espíritu, según Gálatas 5:22-23 “En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia,
amabilidad, bondad, fidelidad, humildad
y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.”
Hicimos demostraciones de lo que Dios como
padre ha hecho por nosotros Él nos ama tanto que nos dio a su hijo unigénito como única vía para recibir el regalo eterno
de su amor y salvación.
Además, hicimos dramatizaciones de la parábola
del hijo prodigo donde los niños fueron los actores y actrices que nos ayudaron
a realizar un mejor trabajo.
Ver las caras de los niños cuando hablábamos
del amor de Dios y de cómo el nos cambia, y transforma, fue simplemente algo
que guardare en mi corazón.
Muchas sonrisas y muchos abrazos al
terminar cada sección de alumnos, desde el 1er al 6to grado, en las dos jornadas que
tiene la escuela, así que predicamos para unos 480 niños aproximadamente. Al
final de cada presentación oramos por cada maestro y maestra… fue algo que no
puedo explicar con palabras.
Recordé mi infancia y a mis maestros y
maestras, dando lo mejor de si, para que yo llegara a ser lo que soy hoy, por
eso bendigo la vida de cada maestro(a) de Honduras, aunque algunas condiciones
en las que ellos enseñan son precarias siempre están dispuestos a guiar a los
niños por un camino de bien.
Un momento triste, y gracioso, del cual no
me avergüenzo, quería ir al baño, pero sólo tenían letrinas, y no es que no
pudiera usarlas, no tengo ningún complejo en eso, pero no tenían las
condiciones para ser usadas, así que me pregunto, donde están aquellos que
quieren hacer la diferencia, ayudar a remodelar y reconstruir baños decentes
para los niños seria genial. Como se imaginaran no pude ir al baño…
Creo que cada experiencia en la vida es única,
y yo estoy aprendiendo paso a paso, ahora bien, me pregunte a mí misma, ¿cuál
es la razón de que siempre me toque trabajar con niños? La respuesta es lógica,
si fui yo quien le pidió a Dios que me diera la oportunidad de ser una
Pediatra, supongo que estoy en entrenamiento constante.
Gracias una
vez más por tomar de su tiempo y leer mis experiencias. Más de mi vida, mis
proyectos, letras y pensamientos, estarán plasmados aquí, pero más que eso sus
finos y apreciados comentarios están en mi corazón.
Mi cariño
por siempre.
Atte. Karen
Flores
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